Nuestro sistema solar contiene misterios inexplicados dignos de los capítulos de escalofriante especulación científica de The Twilight Zone. En esa zona crepuscular de asombro se encuentra el hexágono en la atmósfera del polo norte de Saturno. Esta misteriosa figura de seis lados, del tamaño de casi cuatro planetas Tierra, es creada por las corrientes de chorro (jetstreams) y se ha mantenido fija por años.
Saturno es el único planeta que presenta esta anomalía geométrica en su atmósfera, la mayoría de los planetas cuentan con corrientes de nubes sinuosoas, lo que es más, Saturno, donde dominan celulas convectivas y olas de forma circular, sería el último lugar donde se esperaría esta figura geométrica. Además el polo norte de Saturno es completamente distinto a su polo sur, donde se situa un huracan con un extraño ojo gigante que evoca un ojo humano.
Otro de los aspectos desconocidos es que este patrón climático se mantiene permanentemente en la atmósfera saturnina, algo inesperado en contraste con el cambiante clima de la Tierra.
El escritor conspiracionista Richard Hoagland, quien sostiene que la NASA encubre una serie de construcciones en la Luna y en Marte, cree que el hexágono en Saturno sólo puede ser explicado a través de la física hiperdimensional. Hoagland dice que planetas como Saturno, Jupite y Urano emiten más energía del que reciben del sol, tienen un superavit de output, el cual puede ser explicado a través de una transmisión energética entre dimensiones. La física hiperdimensional toma en consideración las variables ocultas del campo subcuántico de la totalidad implicada de David Bohm: el hexágono de Saturno sería entonces un reflejo de un proceso energético (llamado holomovimiento por Bohm) en el substrato dela totalidad implicada, como una ola geométrica en la superficie del lago (del Logos) cósmico.
Otras teorías de la conspiración van más allá y sostienen que podría ser un subproducto del Proyecto Lucifer de los Iluminati, que supuestamente busca explotar Saturno y/o convertirlo en una estrella en el 2012, usando la sonda Cassini para bombardearlo con plutonio y crear una reacción nuclear (después que no lo lograran con Jupiter), cumpliendo por una parte con un simbolismo sagrado (el segundo sol, una segunda creación que supere a la primera, jugando a ser dioses) y por otra parte ejerciendo una influencia sideral que lleve a la Tierra hacia un oscuro plan. Claro no hay ninguna evidencia aceptada de que esto esté sucediendo y quizás sólo se deba a reinterpretaciones de los misterios saturnales. O tal vez haya algo más que se nos escapa.
El hexágono de Saturno es una respuesta cimática y una inteligencia electromagnética en 4 dimensión representando el átomo, los copos de nieve y los panales de abejas”, dice el más genial videoasta esotérico de YouTube, Soundless Dawn.
Muchas de las religiones en sus orígenes son astro-teologías, los dioses representan planetas o estrellas y los eventos históricos, sucesos astronómicos; la religión judía en el sabbath y en la estrella de David, es una religión que adora a Saturno. Y ya que en las tradiciones esotéricas el número de Saturno es el 6 (el número de la bestia) y según muchas teorías de la conspiración el mundo está controlado por una mafia de banqueros sionistas satánicos (Saturno, según Jordan Maxwell, es Satán), se entiende que Saturno sea visto como el atanor para realizar la opus magnum del diablo (deamon est deus inversus).
Alquimícamente Saturno es el guardian del tiempo (Cronos), su signo zodiaco es Capricornio, rector del paso del sol hacia su muerte en el solsticio de invierno y renacimiento tres días después; su metal es el plomo, el cual es la puerta del oro verdadero. (Curiosamente en el video Soundless Dawn trae a colación la similitud entre el oro monoatómico usado por faraones en egipcio y el hexágono de Saturno, así como las demasiadas coincidencias en la simbología hexagonal del alquimista pop deslizante Silver Surfer (¿Hermes?).
En la obra alquimista de William Shakespeare El Mercader de Venecia, el padre de la bella Portia Belmont deja en dote a su hija al caballero que pueda resolver un acertijo: qué metal es la llave del corazón-portal de su reino; los pretendientes afectados por la vanidad del mundo escogen el oro y la plata, sólo el ilustrado en el arcano conoce que es el plomo el que abre el portal hacia la gran obra: la transmutación en oro espiritual aurum nostrum non est aurum vulgi.
Fuente: http://www.wired.com/wiredscience/2009/12/saturn-hexagon/
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